Héctor Rodríguez Maciá: Ventana a las alturas
Héctor Rodríguez Maciá: Rincón de ocio
Héctor Rodríguez Maciá: Ya casi habíamos gastado las calles
Héctor Rodríguez Maciá: Ojo con las cerraduras, o te limpian
Héctor Rodríguez Maciá: No te fíes ni de tu sombra
Héctor Rodríguez Maciá: Conversación de altura
Héctor Rodríguez Maciá: Mirador natural
Héctor Rodríguez Maciá: Aquí no me alcanzarán
Héctor Rodríguez Maciá: Banda musical
Héctor Rodríguez Maciá: Entre montañas
Héctor Rodríguez Maciá: Haciéndose el duro
Héctor Rodríguez Maciá: Creo que me están mirando
Héctor Rodríguez Maciá: Lo más cerca del cielo que va a estar
Héctor Rodríguez Maciá: Cuando se dio cuenta del tiempo que había perdido, ya era tarde
Héctor Rodríguez Maciá: No es una buena campaña de publicidad
Héctor Rodríguez Maciá: Grandes aventuras
Héctor Rodríguez Maciá: El CNI de Ayna
Héctor Rodríguez Maciá: Empieza la noche
Héctor Rodríguez Maciá: Preparado para hacerse oír
Héctor Rodríguez Maciá: Bien y barato
Héctor Rodríguez Maciá: Siempre nos quedará Ayna
Héctor Rodríguez Maciá: Reverencia al rey
Héctor Rodríguez Maciá: Poste para que no caigas a las plantas y plantas que se suben al poste
Héctor Rodríguez Maciá: Asomado al mirador