Agencia Pinocho: 3: 20 PM. A esta hora doña Carmen empezó a ofrecer más barato lo que le quedaba de fresa: “Aquí tengo por ahí cuatro kilos todavía, vamos a ver si se vende”, dijo, e inmediatamente empezó a preguntarle a los transeúntes: “¿Va a llevar la fresita?”.
Agencia Pinocho: 3:26 PM. Luego de empacarle una libra de fresa a la reportera, Carmen Julia hizo una pausa y relató: “Esta fruta es muy bueno venderla porque es muy llamativa, pero como la nuera se me llevó la ponchera, me dejó sin dónde exhibir”.
Agencia Pinocho: 3:39 PM. El cuidador de carros de la cuadra, Francisco Javier, se acercó a saludar a la vendedora y recibió tres fresas de regalo. Entre pregón y pregón y durante unos quince minutos, hablaron del viento que soplaba y de lo caros que están los arrendamien
Agencia Pinocho: 4:00 PM. Una señora (que no permitió hacerle registro) se dejó tentar por las fresas. “Véndame mil”, le dijo a Carmen; a lo que ésta respondió en tono cordial: “Pues lleve la libra de una vez… a dos mil pesitos”. Pese al entusiasmo de la vendedora, la cli
Agencia Pinocho: En cuanto la compradora se retiró, Carmen afirmó: “Ya esta fresa está muy mojada, blanditica blanditica… así no paga venderla porque no me vuelven a comprar…”. Dudó unos momentos, revisó el fondo de la caneca y finalmente decidió: “Me voy a ir para la cas
Agencia Pinocho: Antes de irse, la mujer le regaló a Francisco una bolsita con fresas: “Pa’ que coma o lleve para la casa”, le dijo. “Hay días así, pero me voy contenta porque vendí mucha temprano y hay días muy buenos que le quedan a uno 40 ó 50 mil pesos", puntualizó.
Agencia Pinocho: Eran las 4:18 PM cuando vimos a doña Carmen coger rumbo al paradero de buses.